Fue tan rápido que no pude negarme
Fue tan rápido que no pude negarme, tan rápido que
me dejó huella, marcando el tiempo, pintando paredes y volcando mi último
pensamiento.
Fue tan rápido que volví y no quedó nada de tus
risas, cerré puertas, cerré ventanas, cerré el libro de mis poemas, tan rápido
que no pude llegar para verte vestida.
Fue tan rápido que rompió cristales y cansado,
espere sentado, tan rápido que olvidaste tus besos abrazados al destino que
paseaba en la oscuridad de un día gris.
Fue tan rápido que no quiso quedarse bailando, miedo
tengo al músico vestido de negro, tan rápido que no pude perfumarme y a pesar,
tu olor me acompañó en mi último viaje.
Fue tan rápido, que no salieron lágrimas ni llantos,
algún lamento que aumentó mi rabia y me dijo al oído que ya no estabas.
Fue tan rápido que te sigo esperando cada noche en
nuestra cama, me desnudo de toda culpa y espero tu llegada, tan rápido que no
tengo luto.
Fue tan rápido que mi vida sigue siendo tuya, que la
mesa esta puesta, fue tan rápido que no quiero ver la realidad de una verdad
que me acompaña.
Fue tan rápido que el calendario no pasa de hoja,
tan rápido que la muerte fue bienvenida.
Fue tan rápido, que ocurrió y pasó.
Comentarios
Publicar un comentario