El Niño
El niño bueno era tan bueno que guardó sus lágrimas detrás de su espejo, donde cada mañana se miraba y la mayoría de las veces no se reconocía, el tiempo fue tan cruel que le entregó todas las horas de su vida envueltas en caricias que no lograron atravesar su piel.
Su cuna creció rodeada de soledad, tan amiga del olvido que sus pequeños piececillos caminaron descalzos, sin hacer ruido para no despertar a la luna.
El niño bueno era tan bueno que no recordaba donde guardaba sus juguetes. Sus muñecos cantaban dentro de aquel estrecho baúl, inquietos por la espera, soñaban con verdes prados donde la hierba crecería sin cadenas y su mirada no volvería a pedir perdón.
El niño bueno era tan bueno que no quiso decir nada ante el juez, sus frases sin sentido confundieron al que estudio durante años. No puedo juzgar sin conocer y menos sin comprender ese vacío lleno de dudas, esos miedos invitados a su mesa.
El niño bueno era tan bueno que no tuvo mecedora que durmiera sus sueños, pensativo se durmió, triste despertó y volcando su rabia rancia por la humedad de tanta humildad salió a la calle en pantalón corto y acortó el camino de la muerte, no soy fuerte, busco un vientre que me de calor.
El niño bueno dejó de ser bueno.
A la luz de la luna me enamoré de alguien que me cogió de la mano y me dijo no tengas miedo
yo te cuidaré.
Me rozaste con tu mirada antes de cerrar tus ojos y sin saberlo me robaste el alma, me hiciste tu prisionero.
No me olvides que aún estoy respirando, no me llores que no he muerto y cuando muera no llores que sólo se les llora a los muertos.
Sin tu sombra no se vivir, sin tu aliento no podría sentir, sin tu olor no podría saber si la vida tendría sentido seguir.
No mires al viento, es muy veloz, mejor contempla el atardecer que suspira
antes de anochecer.
Estoy sentado frente al espejo, será mi reflejo lo que veo, sigo mirando y callado
me encuentro. Las horas han pasado y el espejo se ha olvidado que sigo esperando
contemplar tu rostro.
Conquista todo el tiempo necesario para pensarlo, si me quieres a tu lado, pero no te olvides que el tiempo pasa y las nubes se vuelven blancas.
Yo espero tu respuesta sentado en mi cama, pero el tiempo pasa y se llevan las ganas.
Si te amo habré conseguido mi mejor batalla.
Si me amas habré conseguido la felicidad.
Sentía el viento como quería conquistar mi mirada.
Un poco de agua, un poco de sol y nada sería igual.
Amapolas rojas.
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