Apenas me dio tiempo

 

Apenas me dio tiempo, luces apagadas, todo en silencio.

Los niños acostados, los mayores leyendo, el fuego encendido y me faltaba adornar la mesa.Todo quedó perfecto, el canario en su jaula y mi perro vacunado.

 No sé si será importante, he cambiado el esterillo de la entrada, estaba antiguo, mi vecino cambió el suyo. 

El reloj del comedor sigue atrasado, quizás por eso siempre llego tarde, que mejor escusa, todos me comprenden, menos mi compañero de piso, no me saluda, está enfadado. 

En el trabajo me aburro, todo tan monótono, miro al fondo y no veo nada, espero que suene el teléfono, alguien me pedirá consejo.

 Me invento palabras que no tienen sentido, juego con los números y así cada día llega a su final.No sé qué pensar de este maldito dolor de cabeza, nada de esto tiene sentido. 

No dudo de tus atributos, mejor cantare alguna canción mientras sigo aquí, metido en este tubo. 

Hoy después de varios días no tengo pelo, estoy calvo, estoy herido, estoy hundido, estoy casi muerto pero me siento feliz, mi compañero de piso, me saluda, ya no está enfadado, de nuevo es mi amigo.

 He contado ovejitas, no sé cuántas, no me puedo dormir, cuento números y ríos, no me puedo dormir, he contado los días que me quedan por vivir, ahora me he dado cuenta que no me puedo dormir. 

Siempre que tú me hablas, mi mirada se esconde detrás de tus palabras 

Soy el que te ama, el que guarda tu alma, 

Me alejo de ti y cada paso es un recuerdo, estoy perdido entre tus abrazos, siento frío, son tus lágrimas mi desconsuelo. 

Y la noche preguntó, dónde calmas tu sed, cuál es tu refugio, a quién debo mirar si tus ojos están tristes, no hay respuesta, el amor que te amo, murió. 

Me olvidé del canto del mar, nunca olvidaré el olor del atardecer, del color de tus ojos que pintaban una sonrisa cada mañana en cada nuevo día. 

Acaricio cada despertar con una melodía creada por el susurro del viento, mis manos hablan con tu piel que dormida espera un nuevo amanecer. 

Limpio el camino que llega a tu almohada y pienso en volver para brindar con tus dulces palabras, quiero beber de tus labios el néctar del amor que endulzaran mi vida para tener en mi corazón una flor que nunca marchite. 

Amaré cada minuto que me regales, junto a ti seré feliz si tus manos me acompañan en nuestro último viaje.

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