Viajando con tus sueños

  Unas nubes negras, tan despacio, se acercan cargadas de lluvia, los niños gritan, se suben en las aceras, en la calle se olvidaron de recoger sus juegos, el viento se llevó sus sueños y sólo quedó una pelota que por ser redonda, se disfrazó de luna, de luna llena. Agua que moja ventanas y calles enteras, ríos de agua clara que corren buscando el mar para morir con las olas que mecen tus besos, el cielo sigue llorando por un amor de verano. Flores marchitas, flores olvidadas en un rincón de tu casa, vacío y oscuro, donde dos amantes se prometieron amor eterno, traicionados por la mentira y el engaño, se burlaron de sus promesas y rompieron sus corazones en mil pedazos. Perdóname si te hice daño, el orgullo me aconsejo y mis manos amigas de tu piel, volaron, encontraron un nuevo nido donde pasar las largas horas del frío invierno. No puedo volver, sigue lloviendo y mis pies descalzos no encuentran el camino que me lleven hasta tus ojos, me pierdo por ser cobarde, me olvido de...

Los pasos me pesan, como mis zapatos llenos de tierra. El sudor me pesa, todo me pesa, todo, lo que no sea aire. Como me pesa la rueda, que da vueltas y vueltas, para no llegar a ninguna parte, me pesa el sol para llevarlo en mi espalda, me pesa y me quema, me abrasa, no puedo más con el peso del agua. Como me pesan las gotas de sangre que se derraman del vaso lleno, sí, me pesan, son tan rojas que no puedo beberme tantas historias. Me pesan tus golpes en mi cara, tu cobardía, tu lejanía, como me pesa el silencio de tu compañía, me pesa el ruido de los días que pasan, que se olvidan del mañana. Me pesan mis vestidos de lunares, son muchos y me pesan. Me pesan los cuentos que cada noche me contabas, los cuentos sin final feliz, como me pesa, no poder olvidar ni perdonar las heridas que como amigas viven en mi piel. Como me pesa tu aliento,  que llenaba mi vida de miedos, me pesa el frío de tu mirada. Me pesan los muertos sin flores, sin lágrimas, los que nadie recuerda su nombre, lo...